viernes, 24 de octubre de 2014

El decálogo de la “buena” aceptación

“Si no puedes cambiar tu destino, cambia tu actitud” (Amy Tan)

Sin resignación, sin renuncias, con gratitud y con serenidad


Una situación se acepta cuando dejamos de nadar a contracorriente y empezamos a fluir con el presente. Es por ello que si no puedes cambiar las cosas, no te desesperes, acepta la situación, confía y cambia tu actitud.

Sin resignación. Aceptar no es rendirse pasivamente al devenir de la vida. Más bien todo lo contrario, ya que la aceptación siempre va seguida de una acción, de un trabajo a favor del presente y de una lucha por encontrar una nueva perspectiva desde la cual dar forma al futuro más próximo.

Sin renuncias. Asumir ciertos hechos no siempre supone el abandono de un sueño. A veces, sólo señala la necesidad de alcanzar esa meta por otras vías. “El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído” (VíKtor Frankl).

Con gratitud. “La verdadera prosperidad es sentirse agradecido por el momento presente y por la plenitud de la vida ahora mismo” (Eckhart Tolle). Así que, pase lo que pase, valora lo que eres y tienes. “Las personas más felices son las más agradecidas, y las más agradecidas son las más capaces de tomar lo que la vida les da a cada momento” (La llave de la buena vida).

Con serenidad. “En lugar de tener un muro de resistencia dentro de ti, golpeado constantemente por las cosas ‘que no deberían estar ocurriendo’, deja que todo te atraviese”, recomienda Tolle. Cualquier cosa que aceptes plenamente te llevará a un estado de paz interior.

Recuerda que no obtener lo que uno quiere, a veces, es un golpe de suerte maravilloso.
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